miércoles, 13 de abril de 2011

Lost: La ignorancia es una bendición: Marionetas en la cuerda





Empiezan las grandes dudas en la Nekia: ¿donde está lo cierto?, ¿realmente lo que hago es lo correcto? ¿Estaré loco? ¿No hay salida?

Desmond y Libby se encuentran de forma “casual” justo para que cada uno consiga su propósito, él un barco y ella que ese barco navegue con su nombre y en nombre de su esposo fallecido…”I shall win this race…for love” (ganaré esta regata por amor) le contesta Desmond que en la Isla se siente en este capítulo[1] descorazonado y sin rumbo, sin salida y sin su propósito o proyecto…o al menos parece no recordarlo.

El seguir apretando el botón cada 108 minutos empieza a representar una duda continua, si o no apretarlo. Ese botón marca tantas veces nuestras rutinas, nuestro quehacer, porque sí, porque siempre se ha hecho, porque los otros lo deciden, etc. Cuantas veces estamos atrapados en presupuestos que no queremos cambiar porque si los cambiamos puede estallar todo, el fin del mundo, como les dice Desmond.

En la búsqueda tras las mentiras de Michael, Jin, Sun y Sayid encuentran una pieza de estatua, de algún monumento antiguo, que ya señala algo inquietante, esa Isla tiene mucho, mucho tiempo…

Las dudas de lo que hay que creer o no, de donde está lo cierto, de qué es lo real, se extienden como pólvora, como se extiende la duda, en la medida que nos paramos a mirar si el mundo, el global y el nuestro tienen sentido, algún sentido.

Por eso el rebelarse a apretar el botón, parece una salida, romper las reglas parece una salida; pero tal vez seguirlas sea una salida. Pero, ¿salida a qué? ¿A dónde? Hoy volvemos al principio, al Ouroboros de la vida, del sentido, del sin sentido, de la dicotomía de ser y estar vivo, de ser o no consciente, de elegir un sentido, aunque parezca un sentido breve o minúsculo. En la escotilla dos hombres: Desmond y John ambos creando un sentido, una respuesta desde una queja (John) ¡contéstame! Y Desmond la curiosidad de la voz en la escotilla, enciende el faro aleatorio, gratuito, y se les despierta un sentido.

Luego, tras la debacle generada por John en la renuncia a marcar los números, Desmond “introduce la llave en un octógono luminoso” alegoría de la introducción del falo de la realidad en el 8 infinito del mundo, con el fin de alterar el supuesto destino que les venía encima: con la voz en off de Penny: Todo lo que realmente necesitamos para sobrevivir es una persona que realmente nos ame. Después, la inmensa constatación de que algo ominoso y terrible contiene la Isla y afecta a todos con su luz cegadora y devastadora.

Y como toda búsqueda, al final de esta temporada dos, nuevos misterios y nuevas intrigas se divisan en el horizonte atrapando de nuevo la atención de cada seguidor, de cada losty.

Jose López


[1] Episodio 23-24: Vivir juntos o morir solos, 2º temporada.

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