jueves, 26 de mayo de 2011

El humo negro ¿Dónde estamos? ¿Qué es esta Isla?




Lo enigmático estimula nuestra capacidad de interrogarnos, M. Heidegger.

Esta afirmación nos ocupa casi todas las temporadas de Lost. Efectivamente, como en la vida real, los procesos generan preguntas y más preguntas, pero no hay apenas respuestas.

Curiosamente, esa falta de respuestas se la concedemos a la vida, pero en la ficción cinematográfica o televisiva soñamos con la utopía o fantasía de tener respuestas, y eso lo mueven muy bien los guionistas de esta serie. Crean, así, muy variadas expectativas que irán in crescendo, de forma que el desajuste de ritmo de la segunda temporada va desapareciendo, al tiempo que se complica la trama.

Eko aprende muy rápido y fatalmente que el humo negro se manifiesta con imágenes de los seres queridos, de los apegos diríamos analíticamente de los personajes, es una especie de juez cruel y arbitrario que maneja ciertos hilos del lugar, convirtiendo a la Isla, en algo más que un trozo de tierra rodeado de agua salada por todas partes. Pero aún hay mucho material antes de adelantar que es el humo negro amenazante.

Ben le hace ver a Sawyer que están en otra isla alejada de la Isla de todos; dos islas separadas por el océano, pero unidas en un único propósito, algo que aún tienen que descubrir los náufragos y que no dominan del todo los habitantes habituales, conocidos como Los otros.

Mientras Sawyer y Kate viven desesperadamente el amor que se genera en muchos seres humanos cuando creemos que el fin está cerca…un último deseo de supervivencia.

En el capitulo “No es en Portland”, por primera vez vemos, sin saberlo, personajes de relevancia que saldrán a lo largo de la serie y que conectan la isla, más aun con lo mistérico; Juliette piensa en que un bus arrolle a su ex y eso sucede, a la manera de las dejá vu o las premoniciones, o incluso de algún tipo de sincronicidad, y eso la aterra.

En esos momentos veremos también la paradoja de Desmond, que nos hará pensar más aún en lo bizarro de la isla, en esa extraña combinación de eventos extraños que rodean a todos los habitantes del lugar.

Interesante descubrir como Jack es marcado por Achara, una asiática con el don de ver como es la gente y la implicación que lleva eso. Jack es marcado con la frase en chino: “El camina entre nosotros, pero no es uno de nosotros”.

Frase que nos sitúa claramente a Jack en el héroe por excelencia, en la proyección de todos nosotros del héroe hercúleo. Héroe solitario y aislado, a pesar de estar rodeado de gente, héroe sufriendo su dualidad.

De nuevo un juego de nombres, un tal MiKhaelBakunin[1] aparece como elemento superviviente también en la Isla, aportando pequeñas sorpresas.

Por primera vez se habla de una lista en la que todos no están, en la realidad en la cual que hay otro líder que no es precisamente Ben, Benjamin Linus y por primera vez encuentra la verja electromagnética que rodea a la iniciativa Dharma.

Continuamos compartiendo la sombra personal que hace que todos nuestros pasajeros naufragados fueran ya de entrada, almas perdidas, almas perdidas sobre todo para sí mismas.

Iremos viendo si esta Isla es el atractor que saca lo mejor de ellos mismos o todo lo contrario.

Jose López


[1] Guiño al personaje real Mijaíl Bakunin, anarquista ruso contemporáneo de Karl Marx, gran defensor de esos postulados, especialmente las tesis colectivistas.

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