martes, 4 de octubre de 2011

Lost: La Anomalía




La anomalía, ese es el nombre dado a la Isla por Benjamin Linus, una anomalía que funciona como una chistera de circo, la caja mágica (the magic box).
Esa anomalía, es algo que continuamente nos ocurre: cuantas veces queremos ir en un sentido y ocurre lo contrario; queremos evitar algo y todo lo que hacemos nos lleva allí.
Pensamos en alguien con cierta insistencia y nos llama por teléfono o nos lo cruzamos en la siguiente esquina. Esas coincidencias, esas situaciones que sí van cargadas de sentido y lo vemos, C.G.Jung lo llamaba sincronicidades, debido entre otras cosas a otro factor empírico descubierto por él y que afecta a la psique, el factor psicoide. Un elemento que señala que la psique no es inmaterial, aunque  es virtual, no está en el cerebro (como postula Eduard Punset[1] y los neurofisiologos que él señala) pero no es metafísica, es energía y si es energía es material, como el universo que es materia y energía y apenas sabemos nada de este universo.
Lo mismo ocurre con nuestra psique y el cerebro, cuanto más sabemos, somos más conscientes de que se abren más y más preguntas sin respuesta…por ahora.
Por eso la anomalía enfrenta de nuevo y de forma sorprendente a John Locke con su pasado, con su horror-amor-necesidad, señalando que no podemos escapar de nuestro destino, al menos de aquel destino que no queremos o podemos afrontar cara a cara o comprender.
Esa anomalía afecta de diferentes formas a cada uno de los habitantes de la isla y les pide un precio.
Locke es un heraldo del luchador nato, hombre imbuido de grandes ambivalencias: o tiene gran Fe o la pierde y no cree en nada, pero siempre se lanza ciegamente a cualquier proyecto que le diga algo, que le excite. ¿Te reconoces en ello lector, seguidor de Lost? Tal vez si, tal vez no. ¿Ya vas viendo las orillas a tu isla personal? Sigamos abriendo los ojos a la narración.
La anomalía está presente continuamente en nuestras vidas si paramos lo suficiente para sentirla.  Siempre hay ese elemento extraño que nos hace parecer que estamos soñando, que nuestra vida es un sueño, o no es real, o depende de alguien que no distingues.
Ese factor Numinoso es el que quieren acallar continuamente los científicos racionalistas que quieren todo en orden, todo con sentido, aunque este sea lineal y prosaico.
No están abiertos a lo improbable, a lo diferente; su isla no tiene sorpresas, o no debe tenerlas.
Entre esas anomalías empieza a destacar más el humo negro, con su carga ominosa.
Descubrimos que la verja electromagnética es lo único que le impide pasar. Que el humo negro está íntimamente ligado a la Isla.
En esa Isla como va descubriendo poco a poco Juliet, la doctora investigadora, se entra conmocionado, drogado, dormido, no es fácil el acceso a la misma, se necesita un submarino, buena analogía de ciertos procesos de la psique. Para entrar se precisa perder la conciencia, el control.  Incluso ser llevado por los supuestos iniciados que saben entrar y salir…aunque a ti no te dejen salir. 
Todos nosotros, durante seis temporadas, creíamos estar fuera de la Isla, pero una y otra vez queríamos volver a formar parte del viaje de los del vuelo Oceanic 815.
Jose López


[1] Punset es un relevante divulgador científico español.

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