martes, 4 de octubre de 2011

Lost: You are one of us, Brother...




Esta frase le señala a Desmond que forma parte de una hermandad religiosa, pero luego veremos realmente a donde pertenece y qué papel desempeña este personaje.
En cierta medida, todos: miembros de la expedición, pasajeros supervivientes, espectadores de la serie, somos todos miembros de una hermandad, la hermandad que busca un tipo de luz, en el sentido de insight, entendimiento, en busca de sentido.
Búsqueda de sentido en la serie, en la Isla, como parábola del sentido de nuestras vidas y ese es el juego de la magic box que representa la Isla.
Simpático el guiño que hacen los guionistas al film El puente sobre el rio Kwai, cuando el grupo expedicionario montado por Desmond sale silbando la melodía del film. Sobre todo si  tenemos en cuenta la épica historia que se narra en ese film de la segunda guerra mundial.
Desmond, como muchos otros de nosotros en algún momento, o muy a menudo, nos hemos movido huyendo de algo, intentando evitar algo, pero como ocurre siempre eso de lo que huimos nos encuentra más pronto o más tarde, no hay escape.
En ese sentido la Isla es un cruce de caminos, destinos, donde es imposible escapar sin asumir una y otra vez la verdad interior, nuestra verdad interior. Sería como cuando se repite de nuevo por Jack la frase de: “si no sabemos vivir juntos, moriremos solos”. También, cuando las cosas en esta isla no están ocultas por mucho tiempo, dice Locke que “la orilla del mar” los desentierra.
Es una constante en la Isla que todo está conectado, como cuando el abad de la abadía tiene una foto con una mujer de edad que saldrá más adelante en la serie de forma relevante, lo que ya nos anuncia que Desmond está ligado a este universo extraño de forma total.
Además la Isla se muestra cruel de forma aleatoria, a los enfermos o lisiados los cura, a las embarazadas las mata, impide que la vida tome cuerpo en la Isla si se ha generado allí.
Otra terrible experiencia, a modo de metáfora freudiana: Locke tiene que cumplir los designios para poder ser libre en la isla, matando al padre, matando a su padre. La alegoría freudiana se convierte aquí en un terrible parricidio, aunque el sujeto se nos muestre merecer eso y más, por su deleznable conducta. Poco a poco se nos va abriendo posibilidades más increíbles y terroríficas sobre que es la isla.
Como le señala Richard a Locke, cada uno tiene que encontrar su propósito, su sentido de vida.
Y justo buscar el propio sentido de vida, es lo que nos hermana a todos: “you are one of us , brother Desmond”; ¿y tu lector-espectador de Lost, has encontrado el sentido de tu vida?
Por primera vez, el padre de John nos acerca la hipótesis de que la Isla sea el infierno, o algo semejante, nos apunta la posibilidad de que todos estén muertos, como algunos sospechamos desde la segunda temporada.
Además las bendiciones y condenas se reparten de forma específica en los supuestos líderes: John deja de tener su columna lisiada y camina; Ben Linus, le crece un tumor que casi le paraliza. Ambos líderes o supuestos líderes tienen frágil su eje, su centro de equilibrio, otra metáfora interesante.
¿Qué clase de sitio es este que reúne todas las deudas y propósitos que deben ser enmendados? ¿Qué clase de espacio terrible de impartir una especie de justicia-venganza?
Lo iremos descubriendo a lo largo de la serie.
José López

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