Esta frase le señala a Desmond que forma parte de una
hermandad religiosa, pero luego veremos realmente a donde pertenece y qué papel
desempeña este personaje.
En cierta medida, todos: miembros de la expedición, pasajeros
supervivientes, espectadores de la serie, somos todos miembros de una
hermandad, la hermandad que busca un tipo de luz, en el sentido de insight, entendimiento, en busca de
sentido.
Búsqueda de sentido en la serie, en la Isla, como parábola del sentido de nuestras vidas y ese es el
juego de la magic box que representa
la Isla.
Simpático el guiño que hacen los guionistas al film El puente sobre el rio Kwai, cuando el
grupo expedicionario montado por Desmond sale silbando la melodía del film. Sobre
todo si tenemos en cuenta la épica
historia que se narra en ese film de la segunda guerra mundial.
Desmond, como muchos otros de nosotros en algún momento, o
muy a menudo, nos hemos movido huyendo de algo, intentando evitar algo, pero
como ocurre siempre eso de lo que huimos nos encuentra más pronto o más tarde,
no hay escape.
En ese sentido la Isla es un cruce de caminos, destinos,
donde es imposible escapar sin asumir una y otra vez la verdad interior,
nuestra verdad interior. Sería como cuando se repite de nuevo por Jack la frase
de: “si no sabemos vivir juntos, moriremos solos”. También, cuando las cosas en esta isla no están ocultas por mucho
tiempo, dice Locke que “la orilla del mar” los desentierra.
Es una constante en la
Isla que todo está conectado, como cuando el abad de la abadía tiene una
foto con una mujer de edad que saldrá más adelante en la serie de forma
relevante, lo que ya nos anuncia que Desmond está ligado a este universo
extraño de forma total.
Además la Isla se
muestra cruel de forma aleatoria, a los enfermos o lisiados los cura, a las
embarazadas las mata, impide que la vida tome cuerpo en la Isla si se ha
generado allí.
Otra terrible experiencia, a modo de metáfora freudiana:
Locke tiene que cumplir los designios para poder ser libre en la isla, matando al padre, matando a su
padre. La alegoría freudiana se convierte aquí en un terrible parricidio,
aunque el sujeto se nos muestre merecer eso y más, por su deleznable conducta.
Poco a poco se nos va abriendo posibilidades más increíbles y terroríficas
sobre que es la isla.
Como le señala Richard a Locke, cada uno tiene que encontrar
su propósito, su sentido de vida.
Y justo buscar el propio sentido de vida, es lo que nos
hermana a todos: “you are one of us ,
brother Desmond”; ¿y tu lector-espectador de Lost, has encontrado el sentido de tu vida?
Por primera vez, el padre de John nos acerca la hipótesis de
que la Isla sea el infierno, o algo semejante, nos apunta la posibilidad de que
todos estén muertos, como algunos sospechamos desde la segunda temporada.
Además las bendiciones y condenas se reparten de forma
específica en los supuestos líderes: John deja de tener su columna lisiada y
camina; Ben Linus, le crece un tumor que casi le paraliza. Ambos líderes o
supuestos líderes tienen frágil su eje, su centro de equilibrio, otra metáfora
interesante.
¿Qué clase de sitio es este que reúne todas las deudas y
propósitos que deben ser enmendados? ¿Qué clase de espacio terrible de impartir
una especie de justicia-venganza?
Lo iremos descubriendo a lo largo de la serie.
José López
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