martes, 11 de enero de 2011

Lost: El camino de la duda y la posible redención



Tras la adaptación al encuentro de los nuevos náufragos y de la recuperación de Sawyer, el proceso de transformación interna de los personajes sigue su curso, Kate reconociendo el drama de su vida, que su padre no es el verdadero, que su supuesto padrastro sí y es además reflejado en la actitud de perdedor de Sawyer.

Michael recupera esperanzas respecto a su hijo Walter por un medio muy actual, vía el PC., con lo que el viaje hacia la oscuridad, la duda, la culpa se va desarrollando a lo largo de varios episodios.

Por otro lado Mr. Eko, el hombre que en su juventud había enfrentado la vida, la muerte y le decían vacío de alma, se encara con el Humo Negro en una de las escenas más potentes de la serie, donde ambos se testean. En ese primer encuentro dos lados oscuros de diferente dimensión: uno sin forma y el otro deformado por el dolor de la injusta infancia, que doblega su natural bondad para salvaguardar la de su hermano y su vida, proceso que le lleva a la paradoja de “vestirse de Sacerdote” y asumir completamente el rol en la isla.

Por otro lado vemos de nuevo a Jack interfiriendo con los deseos de Michael, empeñado en que siga las reglas, sus reglas. Fenómeno muy común en la posesión del arquetipo del héroe, fenómeno que a veces se desarrolla como sombra colectiva en un país entero. Caso de Estados Unidos en cientos de campañas pacificadoras y salvadoras de los intereses ajenos…pero desde la perspectiva personal subjetiva. Esta sombra colectiva no solo la padece este país, nosotros la padecimos durante cuarenta años con el empeño de hacer un país diferente y similar en criterios, fe y necesidades a un costo de vidas, libertad y sufrimientos excesivos que aún colea.

Como señalaba la ex de Jack, él siempre necesita algo o a alguien que arreglar, que cuidar…cualquiera…menos el mismo. Es la situación general del héroe, si hay tantos a quien ayudar, para que él mismo, además eso señala que el héroe está bien, no tiene problemas, es el fuerte.

Eso de la vulnerabilidad, de la duda, de ceder, de reconocer al otro de aceptar…de ser derrotado, etc. no va con el héroe. Por eso en el final del capítulo la partida de caza en la temporada dos; tras la derrota con los otros buscando a Michael, Jack no se para a mirarse, a ver a Kate, sólo decide plantearse entrenar un ejército y busca a Ana Lucia.

Charlie comienza con alucinaciones, proceso que se repite en más gente y nos marcan lo diferente que puede ser esa isla realmente.

Otro dato interesante es la importancia circunstancial de Locke, es sus sucesivas apariciones como observador de hechos acaecidos a otros supervivientes; lo cual es señalado por el movimiento de la cámara subjetiva.

Es una especie de observador-juez, como Charlie le señala a Locke respecto a que la Isla los está testeando.

En ese nivel de la serie ya se perfilan diferentes fuerzas, agentes humanos interesados en controlar, dominar o utilizar la Isla. De hecho es muy real la afirmación del socio estafador de Sawyer: “los tigres no cambian sus rayas”. O tal vez si, esa es la magia y tal vez la maldición que aporta la Isla.

Por otro lado, ante la recepción de ondas musicales con la ayuda de Sayid, sin saber de dónde vienen, ya Hurley mete una cuña, con la broma de tal vez de…cualquier época”.

Cada vez los Otros se perfilan como la sombra colectiva, la sombra en su peor sentido, no solo como lo inconsciente, sino como aquello que nos puede agredir, abducir, secuestrar, matar, asustar.

Los otros llevan todo el peso de lo salvaje, de la maldad, lo cual hace a los supervivientes sentirse mejores entre ellos, aunque la trama va desvelando cada una de sus sombras y un cierto sentido sincrónico de por qué tal vez estén en esa isla.

Jose López

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