martes, 2 de noviembre de 2010

El shock de la realidad: despertar del sueño, o cambiar el sueño



El ojo inicial, el ojo de Jack, que despierta rodeado de un bosque de bambús, que en la simbología budista representan la jungla de los pecados y tras ver al perro decide levantarse y correr por ella hasta encontrar …la orilla, el silencio y enseguida el drama el desastre.

Allí ya se define su estilo, correr de un lado a otro ayudando, aconsejando, dirigiendo, es como si ese proceso dramático del desastre le facilitara la posibilidad de redimir a todo y a él mismo, tal como va apareciendo en la serie a lo largo del tiempo.

Por otro lado, al revisarla de nuevo te das cuenta de que muchas señales indirectas del drama a desarrollar ya aparecen, ya se están insinuando, como cuando Locke está jugando con el Backgammon y se le acerca Walter, el chico negro hijo de Michel y le explica el origen mesopotámico del juego, de las dos fichas: la luz (blancas) y la oscuridad (negras), elemento que no veremos más hasta casi las dos últimas temporadas donde se irá desvelando que es la isla. Aunque de entrada lo Numinoso de la Isla aparece ya, con el sonido de lo monstruoso que mueve las hojas, un oso polar en el trópico y John Locke que puede caminar sorprendentemente, pudiendo por fin realizar “la marcha de poder” (walkabout) aborigen que era su destino y su necesidad vital, lo que le devolvería su completa humanidad.

En estos primeros capítulos de la primera temporada se percibe el porqué de la elección de Locke por el Humo Negro (H.N.), el primer encuentro que marca su sensación de ser un elegido, de que la Isla tiene un sentido especial que le hace luchar por ello.

Este personaje es un guiño al filósofo John Locke (1632-1704), Su influencia en la ideología liberal moderna no la refuta nadie; se ocupó de problemas políticos, sociales, educativos y religiosos. Curiosamente nuestro personaje se mueve alternativamente por todos estos campos en función del impacto que le provocan las vivencias que va teniendo.

El personaje real era un empirista con motivos entrelazados de racionalismo. Su obra capital, el ensayo sobre el entendimiento humano (1690), es un detallado estudio de la naturaleza, alcance y límites del entendimiento. Investigar el origen, certidumbre y alcance del conocimiento humano, juntamente con las razones y los grados de creencia, opinión y asentimiento[1]. Su trabajo es un ataque contra “el innatismo”, no hay principios innatos. Justamente los guionistas hacen aquí el guiño en el Locke de ficción, un hombre de fe, que presupone que hay un “motivo” para la Isla, que la Isla tiene su propósito y todo lo deja en función de la fe y confianza en el ser humano. Recordemos cómo le fue con su padre natural, un impresentable integral. Pero no vayamos adelantando material. Quedémonos con este aspecto inicial de Locke y luego iremos ampliando.


[1] Ferrater Mora, J. Diccionario de filosofía. Ed. Circ. De lect. Vol.III.1994. pag.2165-6.

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