lunes, 29 de noviembre de 2010

Lost: el reencuentro y volver a empezar…con la Sombra extendida

El reencuentro y volver a empezar, el fracaso de la búsqueda de ayuda y la esperanza en el encuentro de más gente varados en la misma isla con un propósito ya más cercano uno de otros. Esto es lo que nos presenta parte de esta segunda temporada, que por su propia complejidad y ambición de convertirla en una coral de vivencias, casi les hace perder a los guionistas ritmo, orden y sentido[1].

Como Sun pierde el anillo, así es casi la metáfora de la pérdida parcial del control de los guionistas de la serie. Pero eso se cambió al avanzar la serie y constatar el interés y las aportaciones que los fans daban sobre la serie y su sentido.

De la misma manera que las cosas perdidas se pueden encontrar, he dejado de buscar. Así se expresa Locke a Sun en relación al anillo perdido, el anillo que le regaló Jin.

La botella con mensajes, que deriva de nuevo en la playa de partida, el anillo perdido y encontrado, al buscar la botella enterrada, tras comentárselo a Kate.

Jin y Mr. Eko a la búsqueda de Michel anegado por la desesperación, la culpa y el dolor de perder a su hijo y la constante presencia del peligro representado por los otros, lo que no tiene que ver con nosotros, pero que en cambio comparte nuestro mismo espacio.

Michel encarna a tantos padres incapaces de dialogar realmente y ver a sus hijos, atrapados por la responsabilidad, el temor, que no son capaces de ver más allá de sus narices así como el conflicto presente en tantas separaciones, donde las manipulaciones de los ex cónyuges utilizan a los hijos como moneda de cambio.

La Sombra, lo oscuro y desconocido que acecha continuamente con la intención de robarnos la calma, la libertad o la vida. La Isla nos recuerda, que nada allí es gratuito ni fácil, que, como en la vida misma, todo tiene un precio, un precio muy alto.

Tal es el caso de Sayid, cuya sombra personal de Irak le acompaña y atrae lo terrible, como cuando Shannon le pide que mate a Locke, o a pesar de evitar el acto terrorista en la vida real en Sídney se ve envuelto en ese avión condenado, por enterrar a su amigo de la forma apropiada al Islam y no incinerarlo. O la desesperada carrera de Hugo por tomar el avión que le lleva a vivir el proceso más importante de su vida, naufragar en la Isla.

O el empeño de Locke en buscar el sentido de la isla hasta que el Humo negro se lo lleva arrastrándolo al agujero de donde es rescatado por Kate y Jack.

También Claire sufre una primera invasión de la sombra cuando al final del embarazo tiene esas pesadillas con un Locke de ojos diabólicos, o diciendo que está en la oscuridad, o el hecho de que empiece a captar los susurros del bosque, etc.

Y siguiendo con la Sombra tenemos los 48 días terribles del resto de supervivientes, que hacen que la destructividad y paranoia de Ana Lucia se dispare, nunca mejor dicho y convierta el haberse salvado del naufragio en casi un infierno, dentro de otro infierno.

Y vemos por fin el porqué de la sombra de Kate, como su intento de salvar a su madre la convierte en asesina; con todo lo que representa eso, llegando a vivir un inmenso terror cuando Sawyer, semi inconsciente, es poseído por el espíritu del padrastro, algo que esa isla facilita y que debería hacernos pensar qué clase de Isla es.

Lo mismo ocurre con Ana Lucia y Sayid, cuando al liberarlo Ana Lucia ve que él no la mata:

“que placer tiene matarte si estamos ya ambos muertos”. Esta va a ser ya una constante que nos da pistas sobre la Isla, sobre el sentido de qué hacen allí esos personajes, perdidos incluso antes de llegar a ese lugar.

Jose López


[1] En los extras de la serie, los mismos guionistas reconocen que desde el inicio la serie sufrió peripecias, caos, dificultad en centrar una historia, sin saber realmente a donde querían ir, pero tras varios intentos, consiguieron cuadrar un episodio piloto que les sirvió de matriz para todo el proceso.

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